La razón por la que me levante de mi cama, es que me puse a pensar en el sexo, no en sueños húmedos ni nada de eso sino en el acto como tal. Tener relaciones sexuales,prácticamente es un deporte simple y hasta primitivo, quemamos calorías y nos liberamos del estrés, completamente desinhibidos cuando nos quitamos la ropa, realmente todo queda allí. Bueno claro, siempre pasa que no es tan agradable quitarse la ropa porque o llevas 2 sostenes puestos (me ha sucedido, porque a veces lo hago para aumentar mi "ego"), traes tus panties de Tinkerbell o cualquier otro muñequito (culpable, lo admito) o no llevas las piernas afeitadas (me pasaba con frecuencia, hasta que me hice una promesa a mi misma, NO MÁS VERGUENZA).
Finalmente todos sabemos lo placentero que es hacerlo (y el que no lo sabe a estas alturas de la vida, se lo imagina y bastante), sobre todo cuando es alguien que te gusta, no importa que lo hayas conocido hace 10 minutos, si hay feeling para eso, es eso o nada. Pero que diferencia cuando uno "hace el amor" si señores, así de cursi y todo se los digo, el sexo con amor es infinitamente más placentero que nada, esa sensación de que mueres por la otra persona, y de que quieres estar en cada poro de su piel no se compara con nada, que abres los ojos y sonríes, porque no hay otra persona más que quisieras ver ni otro lugar en el mundo donde quisieras estar, o mejor aún no cierras los ojos, sino que lo miras fijamente sin pestañear, se miran a los ojos y ves como te pertenece, como no puedes ver más nada sino sus ojos. También cuando hueles su piel, no es como esos encuentros furtivos con "un sácame de apuros" que uno dice bueno el chamo huele rico (a perfume obviamente), no, es cuando hueles su piel que huele a piel, y quieres ese olor en un potecito para tenerlo simplemente porque es tuyo. Eso. Esa es la diferencia cuando simplemente tienes sexo, lo único tuyo es lo que tu sientes, pero cuando haces el amor todo te pertenece, lo que sientes tú, lo que siente el otro, el tacto, la vista, los olores... todo te pertenece y le pertenece al otro.
El sexo sólo es como una fresa para mí, de por sí sola es excelente, pero una fresa con chocolate es indescriptible, eso es sexo con amor. Claro uno obviamente no va andar reprimiendo sus instintos, hasta enamorarse de cualquier gafo, para dársela y entones así poder disfrutar, obvio no. Pero al menos yo de ahora en adelante, pienso ser más selectiva, porque quiero aunque sea un poquito de azuquita en mi fresita.